Luego de un par de años entrados en la crisis pandémica, las personas más ricas del mundo ahora poseen el 11% de la riqueza mundial. Es decir, sorprendentemente se hicieron mucho más ricas durante la crisis del COVID-19.
Sorprendente, tomando en consideración que los índices de pobreza sufrieron una escalada desde el primer año de la pandemia allá por 2020. Por consiguiente y con base en los más recientes reportes, se estima un aumento total de la pobreza extrema de alrededor 115 millones de personas, esto como consecuencias del COVID.
Análogamente, en 2021, los multimillonarios experimentaron el mayor aumento registrado en su riqueza, según el Informe anual sobre desigualdad en el mundo de The World Inequality Lab.
Extrema concentración de riqueza en manos de una minoría.
El 0,01% de las personas más ricas ahora poseen el 11% de la riqueza mundial, un punto porcentual más que en 2020, según el informe. Mientras tanto, la proporción de la riqueza mundial propiedad de multimillonarios ha crecido del 1 % en 1995 al 3 % en 2021.
El 1% superior se ha apoderado del 38% de toda la riqueza adicional acumulada desde mediados de la década de 1990, mientras que el 50% inferior capturó solo el 2%, según el informe.
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Políticas públicas insuficientes.
A pesar de que en los Estados Unidos se llevaron a cabo programas masivos exclusivos para atenuar los golpes de la crisis. Los mismos no lograron reducir de forma significativa la desigualdad, ni aun habiendo sido orientados para inyectar dinero en efectivo a los estadounidenses.
Es a causa de estas políticas, se podría decir, que la intervención de estos gobiernos solo ha evitado un aumento masivo de la pobreza.
Importancia de los estados sociales y el papel de la desregulación gubernamental.
No siendo así el caso de los países pobres, dónde la desigualdad y la pobreza se exacerbó entre los estratos sociales de la población.
¨Esto demuestra la importancia de los estados sociales en la lucha contra la pobreza”, dijo Lucas Chancel, autor principal del informe.
De acuerdo con el informe, esta riqueza ha venido aumentando desde la década de 1980, bien coincidiendo con un periodo importante desregulación gubernamental a nivel internacional.
Así, hoy la desigualdad de la riqueza global está casi al mismo nivel que durante el apogeo del imperialismo occidental a principios del siglo XX, según The World Inequality Lab.
Desigualdad y cambio climático.
Entre más datos de relevancia, el informe también encontró que la desigualdad presenta una fuerte correlación con las emisiones de carbono y los objetivos de cambio climático.
La mitad más pobre de la población en los países ricos ya está en (o cerca) de los objetivos climáticos para 2030 en términos de tasas de emisión, pero ese no es el caso del 50% superior.
“Las grandes desigualdades en las emisiones sugieren que las políticas climáticas deberían centrarse más en los sectores de mayor riqueza”, concluyó el informe. “Hasta ahora, las políticas climáticas, como los impuestos al carbono, a menudo han impactado de manera desproporcionada a los grupos de ingresos bajos y medios, mientras que los hábitos de consumo de los grupos más ricos no han cambiado”.
Fuentes: Fortune
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